Amigos, gratificado se siente mi corazón por haberos encontrado y conocido.

Grato porque la espiritualidad amiga me ha concedido esta oportunidad de trabajo en la que el conocimiento adquirido durante los años de servicio en las regiones abismales me permiten, una vez más, rescatar hacia la superficie a seres humanos que ya no tienen la apariencia de hombres y mujeres.

Que la fuerza del amor sea el impulso de renovación de todos ellos, que para nosotros son hermanos. Que con este trabajo recuperen la esperanza en una nueva vida, libre de la influencia negativa de los ignorantes de las leyes, e iluminada por el corazón bondadoso del Cristo Planetario.

Con vosotros estaré lado a lado trabajando, luchando y socorriendo a almas afligidas, gracias al Creador.

Salve la fuerza del amor que nos unió, salve el Divino Jesús.

Nota: El mismo Hermano que aparece en el libro de Ranieri: El Abismo, y que se hizo amigo y trabajador de las actividades del GESJ en las regiones abismales.